domingo, 21 de abril de 2013
Las manos y su sensibilidad son esenciales
Mover la mano entera, cada dedo en particular, rotar, arrastrar, comprimir, deformar la arcilla y convertirla en una masa modelable. Cuando la voluntad del cerebro dirige la mano en forma precisa y deseada, entonces es porque nace la destreza, una habilidad que se perfecciona con el tiempo y el ejercicio. El producto final: una obra, algo de nosotros mismos plasmado en el barro arcilloso, que genera sentimientos, emoción y rememora recuerdos.
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